miércoles, 4 de junio de 2008


Con la puesta de sol. . .

En presencia cálida del astro mayor, en un día para muchos corriente incurre en la humanidad la silueta y los llantos de de una nueva vida; una nueva vida que en aquel momento fue indefensa y dócil que cada Octubre evidencia la transformación a causa de los 365 movimientos de rotación de la tierra abrazando al sol y todo lo que ellos conllevan; transformación que no ha sido planeada sino más bien vivida, deleitada y cultivada.

Así, cada despertar ha sido determinante para esta ilusa aprendiz de la lengua, que un día despertó con afán de congregar sus
juguetes, y al siguiente día le ocupaban uniformes, cuadernos, punzón y colores. Y no muchos amaneceres después los colores y el punzón fueron cambiados por ecuaciones, geografía y cadenas de ADN. Todo ello alternado con un divertido y luchado objeto redondo que en sus rebotes y canastas guarda un sinnúmero de recuerdos, triunfos y desilusiones. Todo esto ocurrió bajo el despertar del sol, pero el crepúsculo siempre ha sido más inspirador, ha sido el paréntesis de la jornada para evaluar el pasado e imaginar lo imposible; cada todo naranja en las alturas depara un sueño y con su desvaneciendo incita a la lucha ardua por su consecución.

Sí, con la puesta del sol llegan anhelos y se mueren proyectos pensados para el día, se transportan acciones que sólo son posibles cuando los rayos dorados se alejan y dan paso al esparcimiento de
la noche, al regocijo y a la serenidad que circunda la ausencia de aquel astro luminoso. Con razón que fue una noche en la que la sed y la incertidumbre por un futuro “brillante” llevaron a tomar una marcante decisión, emprender una larga carrera con variados “ceda el turno” y “avance 3 casillas”; una carrera angulada entre sentidos literales y concepciones exactas, pero a su vez reveladora de diversos y abundantes matices y colores, una experiencia con miras a la madurez y al profesionalismo pero que también permite el renacer de la infancia.

Entonces, pasados 20 años y muchas puestas de sol es necesario interrogar qué constituye una vida, ¿acaso es construida con memoria y actos concientes o por el contrario es un compendio de casualidades y jugadas del destino que conllevan a delimitar un estilo, una cultura personal y social? Tal vez sea un poco de esto y aquello, tal vez el destino, si existe, depara luces y visos que en el presente son inciertos pero que más allá del horizonte descubrirán su sentido. Así, la vida transcurre con cada nacimiento del sol, con
cada pétalo caído, con cada minuto tirado entre rutinas y sueños; pero la vida de de él, de ellas, la propia, no es la misma, así como la de esta soñadora que cada noche busca tras sus párpados nuevos augurios para seguir la lucha por la distante excelencia, por la esquiva felicidad.

1 comentario:

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Cristy:

Veo buenos desarrollos en este Portafolio, pero le falta diseño, algunas entradas son casi imposibles de leer....faltó la reseña de los otros integrantes de la comunidad.